Mientras la abuela acaba de preparar la comida, la pequeña de la casa juega con las cáscaras de los huevos cocidos.
Este juego la ha tenido entretenida más de 15 minutos. Mejora la motricidad fina, sobretodo en el control de la fuerza de los dedo, ya que las cáscaras son muy frágiles.
Así han quedado las cáscaras de los 4 huevos cocidos que acompañaban al pescados y a las patatas
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